Distrito 9: muchas preguntas, ninguna respuesta.

1.Hilarante, delirante…ma non troppo.

Durante el 25 y 26 de julio de este año se celebró en Barcelona-Sitges la Cumbre Europea de Exopolítica, bajo el slogan Un Nuevo Paradigma para un Mundo en crisis, el tiempo de la verdad, el momento de desvelar la verdad. En su nómina de expositores figuró lo más selecto de la intelectualidad post conspirativa, desde el propio Michael E.Salla (inventor del término exopolítica), pasando por Steven M. Greer, fundador del CSETI (la ÚNICA organización a nivel mundial dedicada a establecer relaciones pacíficas y sostenibles con toda forma de vida extraterrestre) hasta Robert O. Dean, Comandante Sargento Mayor de los EE.UU.

Asistieron más de mil representantes de vida terrestre pagando la módica suma de 150 euritos, suma completamente irrisoria dada la magnitud del evento. Por cierto, los interesados en hacer un curso extensivo de diplomacia extraterrestre pueden hacerlo por la módica suma de 1500 dolaritos, suma complemente irrisoria si se entiende que serían los primeros seres humanos diplomados y capacitados para entenderse con los alienígenas…

Como cualquier Cumbre que se respete, es decir, como las que hace la OEA, Unisur y entes similares, la de Exopolitica vivió momentos tensos y difíciles, sobre todo cuando un asistente tuvo la desfachatez y atrevimiento de acusar a Greer de ser un REPTILIANO. Acusación grave, demasiado grave y hasta ofensiva, si se tiene en cuenta que entre la lista de acusados de ser visitantes malos figuran Bush, Blair, la reina Isabel, toda la realeza europea, actores de Hollywood, deportistas, etc., lista en la que nadie, nadie desearía aparecer dada la calidad de sus componentes… al igual que nadie, nadie, desearía compartir crédito con los más buscados por la Interpol, me imagino. Aunque hay que reconocer que no es difícil imaginar que debajo de la piel de Bush, Blair y la reina Isabel se esconde un reptil…en fin…



2. Muchas preguntas, ninguna respuesta

Hace mucho, mucho tiempo que no se realizaba una película de ciencia ficción tan arriesgada, profunda e interesante como Distrito 9, producida por Peter Jackson y dirigida por Neil Blomkamp.

¿Qué sucedería si a la tierra llegasen unos alienígenas inmigrantes, desplazados, errantes? Para hacer más interesante la cosa, qué sucedería si llegasen precisamente a Sudáfrica, el referente más reciente del imaginario mundial en cuanto a racismo y segregación se refiere? Durante 112 minutos Distrito 9 trata de dar una posible respuesta, de indagar, prever una posible respuesta. Y ese intento es uno de los esfuerzos más descarnados, despiadados, sinceros e inquietantes que he visto en el cine en los últimos tiempos. La condición humana en su estado más puro, sin hipocresías, dobles discursos, moralejas, entre líneas y, tal vez lo más importante, sin disculpa alguna, sin excusa alguna.

Escenas como en la que los ejecutivos de la empresa fabricante de armas toman la decisión de desmembrar a Wikus (vivo) para estudiarlo, hace que no sepamos si reír o llorar…lo deciden con tal trivialidad, como si se tratase de ir a tomar una cerveza… o los negros exigiendo que reubiquen a los extraterrestres, los alejen de sus vecindarios…las incursiones tipo swat del ejército de la empresa armamentista al ghetto…el mismo Wikus, totalmente pusilánime, se convierte en héroe y continúa siendo pusilánime, racista y desconsiderado…los alienígenas totalmente desorientados, confundidos por la burocracia humana, los intereses creados, acosados por negros nigerianos con actitudes tribales…a todo esto asistimos perplejos, sin anestesia, sin un discurso moral (ni religioso) que nos engañe y nos haga sentir bien…

La película termina abierta, en puntos suspensivos. Cualquiera podría pensar que tal vez es previendo una secuela, pero me atrevo a pensar, quiero pensar, que los realizadores llegaron a la conclusión genial que nada, nada de lo que presentan y desarrollan tiene respuesta, final, cierre posible. Y he allí su mayor encanto, porque las respuestas en el cine, en la literatura, en cualquier cosa, siempre decepcionan, nunca satisfacen, porque se cae en el facilismo de querer complacer a todos, de darnos palmadas en el hombro…vamos hombre, no somos tan malos…en el fondo todos tenemos un corazón de oro.

Knowing, de Alex Proyas, es excelente…hasta el final. Cuando se revela el misterio y los extraterrestres como una alegoría de Dios se llevan a los niños escogidos para salvarlos del inminente apocalipsis, no se puede menos que reír…es una solución tonta, que huele a lugar común, a tópico. Los niños transportados a un paraíso extraterrestre donde germinarán como buena semilla de la raza humana. Si los autores de este film no les gusta leer ensayos sesudos, estudios, tratados, podrían haber leído al menos (o visto la versión cinematográfica) El Señor de las Moscas, de William Golding, para hacerse una idea de lo que pueden hacer (y convertirse) los dulces niños humanos cuando están solos y apartados de la norma…

Distrito 9 tendrá mucho éxito, cumple con todos los protocolos que exige el box office hollywoodense. Los efectos especiales son perfectos, hay mucha sangre, muchas balas, pero en el fondo, para los que buscan algo más, y tienen el suficiente temple para soportarlo y salir vivos en el intento, seguro la encontrarán tan vasta, compleja, inquietante y sarcástica como lo es, al fin, la misma condición humana.

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