Recuerdos de Django

Leyendo a Malcolm Lowry me enteré que existía un guitarrista de jazz llamado Django Reinhardt. Fue hace muchos años. Lowry lo amaba, como amaba a Joe Venuti, a Eddie Lang, a Bix Beiderbecke. Al parecer lo vio en persona en unas presentaciones que hizo en Londres en los años de preguerra.

Django empezó tocando el violín, pero tuvo que abandonarlo. Debido a un incendio en la caravana que vivía, los dedos meñique y anular de la mano izquierda le quedaron inservibles. Se dedicó entonces a la guitarra. Con tan sólo dos dedos, el índice y el medio, ejecutó las proezas musicales más maravillosas de la historia del jazz. Nosotros, los simples mortales, ni con sesenta dedos, podríamos hacerlo.

En youtube está colgado el único video de Django que existe. En él podemos verlo con su socio de toda la vida, Stéphane Grappelli, y sus amigos del Hot Club de France. Interpretan J’attendrai, esa canción que durante la segunda guerra mundial fue para los franceses, sus soldados y partisanos, lo mismo que Lili Marleen para los alemanes. Es paradójico recordar que esa canción la popularizó Tino Rossi, quien fue arrestado por colaboracionista en la época de las depuraciones. Sin embargo no le pudieron demostrar nada, y fue liberado con su debida disculpa. Años después recibiría la Legión de Honor. Django, por ser gitano, tuvo que permanecer escondido durante todos los años de la ocupación alemana.



En 1999 Woody Allen le hizo un homenaje indirecto a Django, en una de sus películas menos conocidas, Sweet and Lowdown. Es la historia de Emmet Ray (Sean Penn), un guitarrista que lucha con su genialidad y su propia destrucción, narrada por el propio Woody y estructurada como documental ficción, al mejor estilo de Zelig. Emmet (y el propio Woody), con un gran humor recuerda a través de toda la película que él es sólo el segundo más grande guitarrista, ya que el primero es...bueno, ya pueden imaginarlo.En una escena maravillosa, mientras espera en una gasolinera, Emmet ve a su ídolo que se baja de un auto a estirar las piernas con sus amigos mientras se aprovisionan de combustible (Django hizo unas giras por Estados Unidos después de la guerra, pero no logró gustar). Emmet se queda mudo, petrificado, y no puede acercarse a su dios, a verlo de cerca, a saludarlo. Una hermosa escena que adquiere visos de epifanía.

En este trozo de video de youtube vemos a Emmet interpretando una de las mejores piezas de nuestro querido gitano,I´ll see you in my dreams. Todas las melodías de la película las interpretó alguna vez dos dedos.





El jazz gitano se conoce en Francia como Manouche. Los buenos cineastas franceses lo usan como música incidental a menudo, prefiriéndolo al vals musette que no deja de ser una música fría, banal, del Paris de postal y del turismo japonés. Lasse Hallström en el año 2000 usa Minor Swing, el más grande éxito de Django, como tema central de su película Chocolate.



Los Rosenberg trio, en el 2003 le hicieron un tributo en el festival de Samois.



Para finalizar, un video tributo, en el que podemos ver algunas imágenes de Django y hacernos una idea de lo que pudo ser su vida de gitano en Bélgica.



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